Al acercarse el fin de año, nos preguntamos a manera de balance, ¿qué nos faltó por hacer,? o ¿qué pudimos haber hecho mejor durante el año?, entonces surgen lluvias de ideas de cómo hacer del año nuevo el mejor, sea a nivel laboral, familiar, social o personal. El problema surge cuando con todo el impulso, y movido por las masas y la moda del momento, elaboramos listas interminables de propósitos y hasta mencionamos que las iniciaremos todas el primero de enero; propósitos bien intencionados la mayoría de las veces, tales como, alimentarse más saludablemente, realizar deporte, actividades recreativas, iniciar una carrera universitaria o terminarla, todos estos deseos son indiscutiblemente muy apropiados para cualquier persona que se los proponga, ese no es el problema, lo es, pretender abarcar todos de una y al final no terminar ninguno o peor aún, el gas propulsor, llámese, motivación, se esfuma como el viento.
Puede que a poco más de quince días de haber iniciado este año, ya hemos dejado los propósitos de año nuevo o del todo aún no sabemos qué hacer o cómo iniciarlos; entonces, no cumplirlos, dejarlos inconclusos o no tenerlos del todo, genera frustración, enojo, insatisfacción, sentido de pérdida, auto recriminación, incomodidad, creerse incapaces, en fin, podría seguir con todas esas emociones negativas generadas por un propósito no cumplido y por las expectativas que se tuvieron del mismo. La pregunta que cabe entonces es, ¿porqué razón no terminamos o no cumplimos estos propósitos?.
- Nos ponemos excusas para no hacerlo, justificamos muy bien porqué no me muevo a hacer algo; en otras palabras, nos saboteamos a nosotros mismos porque no creemos poder hacerlo.
- Miedo a ser incomodado, esto es, todo cambio implica salir de mi sitio de confort, aquel que ya controlo y conozco a la perfección, cambiar involucra toma de decisiones, incomodarme, ajustarme, adaptarme y esto asusta y por tanto “mejor viejo conocido, que nuevo por conocer”.
- Comparamos nuestros propósitos con los de otras personas y si al Señor Pedro de los Palotes le fue mal, a mi me va a ir peor porque este señor sí que tenía todo planificado; nos basureamos y hacemos zancadillas porque es más fácil no hacer nada y justificarlo, que hacerlo y que no salga bien, y sin intentarlo siquiera, lo dejo en el olvido.
- Los propósitos o metas que establecemos no son realistas y elevamos tanto lo que queremos que cuando lo vamos a hacer, nos damos cuenta que para ser piloto de avión yo necesito saber volar un avión.
- Nos vamos con las puras ganas y el deseo, sin darnos cuenta que se necesita trabajar y planificar antes de cumplir la meta o propósito.
- Queremos muchas cosas a la vez y no priorizamos, iniciamos todo al mismo tiempo y con el mismo, las metas se desvanecen sin darnos cuenta. “el que mucho abarca, poco aprieta”.
- La voluntad flaquea porque todo lo anterior no se ordena, no se fijan objetivos claros y no se es realista en lo que quiero.
Hablemos entonces del ¿cómo logro cumplirlos?. Es importante antes de puntuar, tener claro que como seres humanos tenemos la capacidad de ejecutar y llevar a cabo lo que nos propongamos, siempre y cuando, tengamos un cable conectado a tierra y conozcamos nuestras habilidades y herramientas para lograr objetivos, así como, prepararnos, capacitarnos e informarnos de lo que queremos hacer. Nada nace del aire , todo requiere esfuerzo, perseverancia, constancia y coherencia. Dicho esto, puntualmente debemos:
- Establecer listas cortas,.
- Deben ser realistas y cubrir una necesidad.
- Preferiblemente escribirlas y no que sean notas mentales.
- Buscar redes de apoyo. Cómplices.
- No planificar nada si está cansado, de mal humor o frustrado.
- Llevar el control y planificar el cómo y cuándo.
- Ser flexible, permitirse fallar.
- Téngase respeto y crea en sus capacidades.
- Empezar de nuevo si algo sale mal y registrar los resultados.
- Informarse antes de ejecutar.
Por tanto, resumiendo, nuestras metas y/o propósitos deben ser significativos, específicos, medibles, informados, saber cuál necesidad cubre y deben ser rastreables, o sea, que se pueda evaluar el progreso.
“ La vida comienza donde el miedo termina”
OSHO.
¡FELIZ AÑO!
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